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¿Qué es la biocosmética o cosmética bio?

  • Foto del escritor: Nakúa
    Nakúa
  • 5 oct 2019
  • 5 Min. de lectura




La biocosmética hace referencia a todos los productos cosméticos que contienen un 99% de sus ingredientes de origen vegetal y que además, provienen de cultivos ecológicos y biológicos. Estos dos requisitos son indispensables para poder hablar de biocosmética.

La cosmética bio busca el acercamiento a la madre naturaleza y un trato justo para los animales, utilizados en muchas ocasiones para realizar tests con los que se puede conocer las reacciones que puede tener un determinado cosmético.

Es una respuesta a la concienciación de los seres humanos ante el cambio climático y el respeto por la naturaleza, que además favorece y permite el desarrollo sostenible.




¿Qué requisitos ha de cumplir un cosmético para ser considerado BIO?


De todos los ingredientes que componen un cosmético, el 99% ha de ser de origen vegetal. Los ingredientes y principios activos utilizados en su elaboración han de ser 100% naturales.

Todos sus ingredientes han de proceder de la agricultura biológica.Deben contar con la certificación Ecocert, Cosmébio, USDA, BDIH… según el país de origen.No está permitido ningún ensayo clínico con animales.

Cada país dispone de un organismo que controla y certifica cada producto de biocosmética, según la normativa de la Unión Europea. En España, los principales organismos certificadores son Ecocert i Cosmébio.


La eficiencia de la biocosmética


Debido a que hasta hace poco, la biocosmética era una cosmética bastante desconocida, existen muchas dudas sobre su efectividad.

La eficiencia de la biocosmética, al igual que el resto de cosméticos, depende de la composición, de la concentración y la biodisponibilidad de los principios activos, así como de la frecuencia de aplicación.

Si nos adentramos en las ventajas de la biocosmética, encontramos también respuesta a lo que se refiere a su eficacia ya que la cosmética natural, posee componentes naturales que son más afines a la piel, que respetan su equilibrio y la mantienen saludable.

La biocosmética es más fácil de tolerar, por lo que evita muchos problemas dermatológicos y posibles reacciones alérgicas.

Además en su formulación se emplea una cantidad de ingredientes activos superior a la que se emplea en la cosmética sintética, por lo que su efectividad es más alta.


Beneficios de la biocosmética


Para hablar de los beneficios y ventajas de la biocosmética, primero debemos centrarnos en estos aspectos: eficacia, asimilación, toxicidad, medioambiente, valores y economía.

Cuando vamos a comprar un cosmético en lo primero que nos fijamos es en la eficacia. Esta es la principal razón para escoger entre un producto u otro.

En la cosmética sintética o convencional se emplea normalmente un ingrediente y un principio activo. En cambio, la biocosmética es totalmente exponencial ya que se elabora con numerosos ingredientes y numerosos principios activos.

Por poner un ejemplo, un aceite esencial (muy utilizados en biocosmética) puede contener más de 400 principios activos, lo que hace que el cosmético sea extremadamente eficaz.

Además, como sus ingredientes no derivan del petróleo, la absorción del cosmético y la respiración del tejido cutáneo es mayor, lo que en consecuencia ofrece como resultado una piel más limpia y mejores efectos.








La biocosmética está basada en ingredientes que contienen ácidos grasos, compuestos muy similares al pH de nuestro cuerpo y que permiten que la absorción y asimilación sea mejor, ofreciendo mayores beneficios y resultados más visibles como una piel más oxigenada y más luminosa.

Todos los cosméticos naturales son 100% libres de tóxicos. Con la cosmética bio no se introducen tóxicos en nuestro organismo de forma sistemática. Esto nos evita posibles desequilibrios en la piel como dermatitis, caspa e incluso alguna enfermedad grave como el cáncer.

La biocosmética, también beneficia al medio ambiente ya que las materias primas utilizadas ayudan a sostener las economías locales.

También al estar los envases elaborados con materiales reciclados o al ser envases reciclables, se utiliza menos plástico y papel, por lo que sus sistemas de producción son mucho más sostenibles.

Los cosméticos bio no han sido testados en animales por lo que al comprar biocosmética, estás apostando por una forma de vida con unos valores y convencimientos muy claros sobre el respeto al medio natural y respecto a los animales.

Otro aspecto en el que nos fijamos a la hora de escoger un cosmético es el precio. Al igual que sucede con la cosmética sintética, la biocosmética ofrece un amplio abanico de precios. Puedes encontrar desde una crema por 15€ hasta las más premium que superen los 100€.



Los contras de la biocosmética



Los principales contras de la biocosmética son dos. Uno está en las texturas y olores que están menos logrados por la ausencia de productos sintéticos, aunque hay que decir que hoy en día, este factor se está mejorando mucho en grandes marcas de cosmética bio como Sanoflore.

El otro en que su caducidad es inferior en comparación a la cosmética convencional. Esto se debe a que la biocosmética carece también de conservantes químicos.


Cómo diferenciar entre un cosmético Bio, Eco o Natural




Cómo ya se habrán dado cuenta, caer en el engaño es fácil con lo que es inevitable preguntarse ¿Cómo distinguir lo que realmente es natural de lo que no lo es?

La respuesta es sencilla: hay que mirar la composición (INCI).

El INCI (Nomenclatura Internacional de Ingredientes Cosméticos) es la lista de ingredientes que lleva un cosmético. Por ley, los ingredientes del INCI han de ir de mayor a menor concentración.

Por ejemplo, cuando vemos en la composición de una crema que el primer ingrediente que aparece es agua, nos está diciendo que el principal componente de esa crema, en lo que a cantidad se refiere, es agua.

Los principios activos es normal que salgan al final ya que al ser concentrados no se utilizan en la misma cantidad que se puede emplear el agua o los aceites vegetales. Por poner un ejemplo, en una crema natural podemos encontrar 1 gr de cualquier aceite esencial que es mucho más inferior en cantidad a los 50 ml de agua que pueda llevar. Por este motivo, este aceite esencial lo encontraremos al final del INCI.

Los fabricantes están obligados a reflejar en la etiqueta todos los ingredientes, pero al estar muchos nombres en latín, los consumidores no distinguen los ingredientes naturales de los ingredientes artificiales.


En el INCI los ingredientes activos naturales se ponen con su nombre botánico, es decir, en latín. El resto de ingredientes puede estar en cualquier idioma.

Puede resultar realmente difícil cuando no somos expertos en cosmética, identificar si un componente es tóxico o no. Para ello una regla simple: evita todo lo que veas en el INCI que acabe en -ETH y los PEG-, ambas sustancias tóxicas que han sido sometidas a un proceso con óxido de etileno y dioxano, y sobre las que se ha demostrado que son cancerígenas.

Seguramente habréis oído hablar en alguna ocasión de los parabenos, pues el óxido de etileno y dioxano son peores que los parabenos.

Los conservantes 2-Bromo-, Nitropropane-1, 3- Diol… son formaldehido y nitrosaminas, altamente peligrosos para la salud.


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